miércoles, 7 de noviembre de 2018

Para ti.


Hoy toqué fondo.

Hoy por fin siento que soy capaz de decirte adiós.

Y no es porque no te ame (¡ojalá!), sino porque has mostrado tus verdaderos colores.

He cargado muy justamente mi peso por haberte herido tanto,

pero a cambio de tu perdón me he humillado tanto que me da vergüenza recordarlo.

 He actuado en contra de mis ideales solo para tenerte un poquito más cerca. 

Intenté apagarme para siempre, porque sentía que la vida no valía la pena sin ti.

Pero de ese momento sólo quedaron cicatrices, cicatrices que me recuerdan que por mucho tiempo sentí que valías más que mi propia vida.

Hoy miro las cicatrices, las que nadie sabe que tengo, las únicas que son visibles y que surgieron del momento más oscuro que he tenido.

Las miro con ganas de hacerlas desaparecer, las miro como te miraría a ti si estuvieses frente a mi.

Hoy siento impotencia por haberte fallado, pero la impotencia es más grande al entender que quizá solo te idealicé.
Hoy sé que el amor verdadero es capaz de sentir empatía por lo que alguna vez amó.

Hoy por fin entiendo que el egoísmo se disfraza de amor, que una vez tus necesidades estén llenas, desaparece todo interés.

Y no, eso no es amor.

A regaña dientes hoy comprendo que te has convertido en lo que tanto has criticado.

Te has convertido en uno más. Todo lo que alguna vez te hizo especial y por lo que tanto recé para que volviera a mi, ya no está.

Y ya no es mi culpa, porque  una persona con un buen corazón, sabrá actuar con compasión si lo que ven sus ojos es arrepentimiento y dolor.

Me desnudé ante ti de todas las maneras posibles, pero nada fue suficiente, te encargaste de vengarte a tu manera, silenciosa y sutil.

Hoy se muere otra parte de mi al entender que sólo recordaba la mejor versión de ti, mientras hundida en mi miseria olvidé lo más horrible de tu ser, esa parte que conocí, que por suerte nadie conocerá jamás pero que nunca fue suficiente para dejarte de amar.

Hoy solo quiero aceptar que algún día dejaré de amarte, quiero aceptar que puedo comenzar de nuevo y olvidar que algunas veces me siento tan pequeña, que pagaría lo que sea para que vuelvas.

Hoy, esperando que sea la última vez, te lloro desde lo más profundo de mi corazón, porque sé que no volverás, porque el hilo rojo parece no existir y que después de tanto, después de tantos años, esto  llegó a su fin.

The woman i know

 Revolution started when she was born. Turning pain into power. Turning power into love. Love for those who suffer. Love for those who canno...